El Raj británico era la colonia británica que comprende los actuales países de la India, Pakistán, Bangladesh y Birmania. Ya desde antes de su creación en 1858 (antes de ese año el territorio era controlado por la Compañía de las Indias Orientales, de la que ya hablé en mi entrada sobre la Primera Guerra del opio) en el territorio se habían vivido fuertes rebeliones y protestas contra el colonialismo británico. Es más, la razón de que el subcontinente indio pasase de manos de la compañía al control directo de la Corona británica se debió a la Rebelión de los Cipayos de 1857, en la que tropas indígenas se rebelaron contra los británicos debido a que los cartuchos de fusil utilizados estaban engrasados con grasa de cerdo o vaca, algo que ofendía por igual a musulmanes e hinduistas.
La
intervención de Reino Unido en las guerras mundiales acabó por dar más impulso
a un cada vez más fuerte movimiento independentista. De todos los grupos que
buscaban el final de dominio británico destaca el Congreso Nacional Indio,
fundado en 1885, y del que formaba parte el reputado abogado guyaratí Mahatma
Gandhi, educado en Reino Unido y que ya
había trabajado en Sudáfrica defendiendo los derechos de los cerca de ciento
cincuenta mil indios que vivían en la colonia británica. En 1915, en plena Primera
Guerra Mundial, volvió a la India. Hechos como la Masacre de Amristar de 1919,
en la que cerca de mil indios que protestaban pacíficamente por la independencia
fueron asesinados por los británicos, aumentaron el odio a los británicos.
Si bien
Gandhi saltó a la fama por sus campañas no violentas, como la Marcha de la sal
de 1930 en la Mahatma recorrió a pie más de trescientos ochenta kilómetros para
llegar a la costa de Navsari, donde recogió un puñado de sal en un gesto
simbólico (la extracción de sal en la India estaba sujeta a unos fuertísimos
impuestos), otros líderes indios optaron por la violencia. Es el caso de Subhas
Chandra Bose, quien durante la Segunda Guerra Mundial colaboró con los nazis,
ayudando a crear unidades indias formadas por prisioneros de guerra, y con los
japoneses. Estuvo detrás del Gobierno provisional para una India libre, el Azad
Hind, un gobierno títere de los japoneses que sin embargo solamente logró
controlar las islas de Andamán y Nicobar. Bose falleció en agosto de 1945
cuando el avión en el que huía a Tokio se estrelló.
Para 1945 la situación en la India era crítica. Las campañas de desobediencia y sobre todo el miedo a una insurrección violenta como la de Indonesia, puso al gobierno británico contra las cuerdas. Ese mismo año llegan al poder los laboristas de Clement Attle, más dispuestos a pactar la independencia que los conservadores de Churchill. El principal problema recaía a las divisiones religiosas del Raj. Mientras que Birmania, mayoritariamente budista, no presentaba problemas de este tipo, no así con la complicada cuestión étnica, el resto del subcontinente sí que suponía un problema. Mientras que Gandhi defendía la integración de ambas religiones en un solo país, los radicales hinduistas y musulmanes se oponían a ello. Muhammad Ali Jinnah, quien durante la década de 1910 había colaborado intensamente con Gandhi y los independentistas, se convirtió en el principal impulsor de la creación de Pakistán. El nombre de este país es un acrónimo, establecido en 1933 por el activista Choudhry Rahmat Ali, que toma sus letras de Punjab, Afgania, Kashmir (Cachemira), Sindh y Baluchistán. Se trata de un juego de palabras, pues Pakistán en urdu y persa también significa la tierra de los puros.
El 17 de agosto de 1947 se fija la Línea Radcliffe, la frontera entre la India y Pakistán. Este último país quedaba dividido en dos: El Pakistán occidental y el oriental, el actual Bangladesh, separados por la India. Igualmente, algunos principados del Raj británico como Sikkim o Hyderabad, este último con un alto número de musulmanes, no se integraron a ninguno de los dos estados, si bien Hyderabad será finalmente anexionado por la India en 1948. El 14 de agosto Pakistán se independiza con Ali Jinnah como primer presidente. La India hará lo mismo al día siguiente, siendo Jawaharlal Nehru el primer gobernante de este país. Sikkim no se unirá a la India hasta 1975.
Millones de hindúes y musulmanes huyen de Pakistán a la India y de la India a Pakistán. En las principales ciudades del subcontinente indio se viven fuertes disturbios. Gandhi es asesinado el 30 de enero de 1948 en Nueva Delhi por el radical hinduista Nathuram Godse, condenado a muerte por su crimen. Donde más grave es la crisis político-religiosa es en el principado de Jammu y Cachemira, territorio que había quedado al margen de la Línea Radcliffe y donde se permitió que el maharajá Hari Singh decidiese a cuál de los dos Estado se incorporaría. Singh, de fe hinduista, decidió incorporar Cachemira a la India, pese a que la mayoría de la población era musulmana. Las fuertes protestas, acompañadas de incursiones de milicianos pakistaníes, provoca que el 21 de octubre de 1947 estalle la Primera Guerra indo-pakistaní. Es en 1948 con la creación de un ejército profesional en Pakistán, cuando la guerra sube de intensidad. El 31 de diciembre de ese mismo año se firma un alto al fuego. La guerra concluye con la India controlando dos tercios de Cachemira. Igualmente, es necesario remarcar que hasta 1950 la India fue un dominio británico, es decir, que el Reino Unido todavía conservaba cierta influencia política. Lo mismo ocurrió con Pakistán, que fue dominio hasta 1956.
En
Birmania la independencia supuso el comienzo de una serie de enfrentamientos civiles étnicos y políticos que continúan a día de hoy. En el momento
de la independencia el principal problema al que hubo de hacer frente el
gobierno fue al Partido Comunista y a los separatistas de etnia Karen, en el
estado de Kayin.
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