El 1 de octubre de 1949 Mao Zedong proclama la República Popular China en Pekín, finalizando así la sangrienta guerra civil iniciada en 1927, interrumpida por la Segunda guerra sino-japonesa, y reanudada casi inmediatamente después del fin de esta. Con las tropas del Kuomintang huyendo hacia el sur del país, desde donde partirían a Taiwán, algo que ya expliqué en mi anterior entrada, el país más poblado del mundo se constituía como un Estado socialista. Sin embargo, las grandes reformas no llegarían hasta una década después.
Los
primeros años de la República Popular se caracterizaron por una relativa
tolerancia hacia sectores considerados burgueses. Esto se debe a la delicada
situación internacional, con los estadounidenses avanzando en dirección a China a través de la Península Coreana y con algunos focos de resistencia del Kuomintang
en el oeste del país y en la frontera con Birmania. Igualmente, la primera
etapa de la República Popular se basó en una estrecha colaboración con la Unión
Soviética tanto en el campo militar como en el económico. Sin embargo, tras la muerte de Stalin en marzo de 1953 y la subida al poder del moderado Nikita Kruschev, las relaciones entre China y la URSS comienzan deteriorarse, sobre
todo a raíz de las profundas críticas hacia Kruschev por parte de Mao Zedong,
quien le acusó de revisionista.
En cuanto
a la política interior, en 1956 el Partido Comunista Chino (PCCh) pone en
marcha la Campaña de las Cien Flores, en la que se animó a la población a
expresar su opinión respecto al funcionamiento del joven Estado socialista. Según las palabras de Mao permitamos que
cien flores florezcan y que cien escuelas de pensamiento compitan. La
campaña sin embargo acabó con una oleada de represión conocida como Movimiento
Antiderechista. Sin bien son muchos los historiadores occidentales que opinan
que la campaña fue una trampa de Mao para descubrir a los opositores, autores chinos como Li Zhisui, el médico personal de Mao que acabaría
exiliado en los Estados Unidos tras la Revolución Cultural, defiende que los
altos cargos de partido realmente pensaban que el número de opositores al
régimen era bajo, y que las críticas realizadas no serían especialmente duras.
El Movimiento Antiderechista de finales de la década de 1950 coincidió con el inicio del Gran Salto Adelante, una ambiciosa campaña que buscaba colectivizar y modernizar la agricultura china. El hambre era un problema endémico de China que se trató de solucionar con la creación de miles de comunas agrícolas similares a los koljoses de la Unión Soviética. La campaña comenzó oficialmente en Chayashan, en la provincia de Henan, en 1958, donde se estableció la primera comuna. Debido a que Mao y otros líderes socialistas consideraban que la familia tradicional era la base sobre la cual se sustentaba la propiedad privada, en las comunas se obligó a distintas familias a convivir juntas y en algunos casos familias enteras quedarían separadas, con miembros trabajando en las comunas y miembros trabajando en la industria.
El primer
año de la campaña fue un gran éxito debido al excepcional buen tiempo. Los resultados
fueron tan buenos que miles, e incluso millones de agricultores, fueron
trasladados a otros proyectos como la construcción de presas o la creciente
industria del acero. Sin embargo, los problemas no tardaron en aparecer.
En primer
lugar, fueron muchos los cargos locales que, ya fuese por miedo a represalias o
simplemente por querer adjudicarse méritos, ascensos y condecoraciones,
falsificaron los informes sobre el funcionamiento de las comunas, haciendo
parecer que la producción de grano era mayor de lo que en realidad era. Esto
provocaría que, ante unos supuestos buenos resultados que en realidad eran
inexistentes, los cargos superiores aumentasen las cuotas exigidas. Además, los
buenos resultaros animaron al gobierno a reducir el volumen de importación de
grano procedente del extranjero, en un claro intento de alcanzar la autarquía y
no tener que depender de la ayuda soviética.
Además, se
adoptaron los métodos pseudocientíficos del entonces prestigioso ingeniero agrónomo
soviético Trofim Lysenko, defensor del lamarckismo, una teoría evolutiva ideada
en el Siglo XIX y que a día de hoy se sabe que es incorrecta. Para finales de
la década de 1950 las técnicas de Lysenko, basadas en vernalización y la
hibridación de distintos tipos de cultivos, que habían contribuido a la
devastadora hambruna de comienzos de la década de 1930 en Ucrania, la región el
Volga y Kazajistán, ya habían sido puestas en duda en la Unión Soviética. Sin
embargo, en China fueron adoptadas. Para colmo, el PCCh puso en marcha la Campaña
de las cuatro plagas, en la que se buscaba acabar con los ratones, moscas,
mosquitos y gorriones. De estas cuatro la única que logró ser exterminada casi
en su totalidad fue la de los gorriones, un ave omnívora que además de trigo
devoraba insectos. La desaparición de este depredador desequilibraría la cadena
trófica y provocaría un aumento considerable de plagas como las langostas.
Los
errores aquí explicados provocarían una devastadora hambruna que entre 1959 y
1961 se saldaría con millones de vidas. El número de muertes de la que fue la
última gran hambruna de la historia China es objeto de debate aún a día de hoy.
Las cifras oscilan entre los quince y los cincuenta y cinco millones de
muertes. Para colmo, la hambruna coincidió con el estallido de una revuelta en
el Tíbet, que desde 1950 estaba subordinado a China, si bien conservaba cierto
grado de independencia. La revuelta de 1959 provocaría el exilio del Dalái Lama
a la India, que en 1962 entraría en guerra con China por cuestiones
fronterizas.
El fracaso
del Gran Salto Adelante provocaría una crisis interna dentro del PCCh. Mao
Zedong, principal impulsor de la campaña, se vería obligado a renunciar a la
presidencia, que pasaría a estar en manos de Liu Shaoqui. Sin embargo, Mao
siguió conservando el puesto de Secretario General del Partido Comunista, un
cargo que en los países socialistas tenía tanta importancia como el de
presidente o el de Primer Ministro, cargo ocupado por Zhou Enlai, amigo
personal de Mao y uno de los principales críticos del Gran Salto Adelante. Si
bien Zhou, debido a su larga amistad con Mao, no sufrió represalias por sus
críticas, otros altos cargos del PCCh como Peng Dehuai, ministro de defensa y uno
de los más prestigiosos generales de la Guerra civil, la Segunda Guerra
Sino-Japonesa y la Guerra de Corea, fueron cesados. Recordemos que el Gran
Salto Adelante coincidió con el Movimiento Anti derechista. Sin embargo, este movimiento iba a quedar ensombrecido por uno mucho más grande y radical, uno que afectaría a todas las familias de China: La Revolución Cultural.
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