Desde su independencia de España en 1898, Cuba había estado bajo control, ya fuese directo (entre 1898 y 1902 y entre 1906 y 1909) o indirecto, de los Estados Unidos. Poco antes de las elecciones de 1952, que todo parecía a apuntar a que serían ganadas por el Partido Ortodoxo, de ideología nacionalista centroizquierdista, el militar Fulgencio Batista, que también se presentaba a las elecciones por el derechista Partido Acción Unitaria y quien ya había gobernado Cuba entre 1940 y 1944, lleva a cabo un golpe de Estado.
Batista
suspendió la Constitución de 1940 que él mismo había establecido y establece
una dictadura derechista, que contará con el beneplácito de los Estados Unidos.
Batista se alinea con los terratenientes más ricos de la isla para conservar el
poder ante una población cada vez más descontenta con la pobreza y la falta de
libertades políticas. El 70% de las tierras de cultivo de Cuba estaba bajo
manos extranjeras, sobre todo estadounidenses. Batista llegó incluso a
colaborar con la mafia norteamericana, con gánsteres de la talla de Lucky
Luciano o Meyer Lansky, quienes controlarían el lucrativo negocio del juego en
La Habana, así como la prostitución y el narcotráfico.
Las
profundas desigualdades existentes en Cuba, la represión de Batista y la
injerencia estadounidense en el país llevaron al abogado Fidel Castro a planear
una revolución contra el régimen. De joven simpatizó con el Partido Ortodoxo y
mostró cierto interés por el nacionalsindicalismo falangista, una ideología que
había influido bastante sobre el Partido Ortodoxo. Es importante remarcar que
Castro no adoptó el comunismo hasta una vez establecido en el poder.
La primera
acción del grupo de Castro fue el asalto simultáneo a los cuarteles Moncada, en
Santiago de Cuba y Céspedes el 26 de julio de 1953, un ataque que fracasa y que
concluye con Fidel y sus hombres arrestados. El líder nacionalista será
condenado a quince años de prisión, pero será liberado en 1955 durante una
amnistía general. Ese mismo año Castro funda el Movimiento 26 de julio.
Los
revolucionarios cubanos han de exiliarse en México. Es aquí donde Fidel Castro
y su hermano Raúl entrarán en contacto con el médico argentino Ernesto Che
Guevara, convencido anti imperialista tras el golpe de Estado por parte de Carlos
Castillo Armas y la CIA contra el presidente guatemalteco Jacobo Árbenz, un
socialista cuyas propuestas amenazaban los intereses económicos de empresas
estadounidenses como la United Fruit Company. A bordo de un buque de nombre
Granma, los hermanos Castro y Guevara vuelven a Cuba, donde comenzará la
insurrección guerrillera contra Batista, localizada en la Sierra Maetra, en el
este de Cuba. El Movimiento 26 de julio no es el único grupo en contra de
Batista. El 3 de marzo de 1957 Directorio Revolucionario Estudiantil lleva a
cabo un fallido intento de tomar el Palacio presidencial.
La
insurgencia, al mando de los Castro, Guevara y Camilo Cienfuegos, rápidamente
se extiende por toda la isla. Tras la Batalla de Santa Clara en diciembre de
1958, en el año nuevo de 1959 Batista renuncia al cargo y huye a la República
Dominicana, gobernada por el dictador filo estadounidense Rafael Trujillo. El
dictador dominicano fue el primero en intentar acabar con el gobierno
revolucionario en verano de 1959, con una infructuosa invasión a cargo de la
Legión Anticomunista del Caribe, formado por voluntarios y mercenarios en su
mayoría españoles. El gobierno de Estados Unidos, que se acabaría convirtiendo
en el principal enemigo de la Cuba de Castro, en un principio no se mostró
disconforme con la revolución. Sin embargo, la legalización del Partido Popular
Socialista, de ideología comunista, supuso el comienzo del deterioro de las
relaciones entre ambos países.
No
obstante, el verdadero punto de inflexión en las relaciones entre Estados
Unidos y el nuevo gobierno cubano se encuentra en la Ley de Reforma Agraria, a
través de la cual se expropiaron cientos de propiedades, muchas de ellas
estadounidenses. Cuando las refinerías estadounidenses en Cuba se negaron a
seguir procesando petróleo, Castro puso sus ojos en el crudo soviético. La
administración Eisenhower reaccionó con un primer embargo comercial: la
prohibición de vender a Cuba todo tipo de producto que no fuesen medicamentos o
alimentos. El régimen cubano reaccionaría con la nacionalización de todas las
empresas americanas y la mayoría de propiedades de particulares.
Fue esta
escalada de tensiones la que llevó a Castro a acercarse a la URSS de Kruschev,
con quien compartía un enemigo común a nivel geopolítico. Todas las propiedades
grandes y medianas de la isla acabarían siendo nacionalizadas. En marzo de
1960, Eisenhower aprueba un plan de la CIA para armar, entrenar y desplegar a disidentes
cubanos con el objetivo de derrocar a Fidel. El plan sería llevado a cabo por
su sucesor, John Fitzgerald Kennedy, el 15 de abril de 1961 en Playa Girón, en
Bahía de Cochinos. Con la ayuda de bombarderos estadounidenses de la CIA, una
fuerza de más de mil quinientos anticomunistas cubanos desembarcó en la playa.
La defensa cubana, al mando de José Fernández y el Che, logra repeler la invasión
en menos de tres días. Fallecieron ciento setenta y seis cubanos, ciento dieciocho
disidentes y ocho estadounidenses.
El miedo a
una posible segunda invasión de Cuba llevó a Castro a pactar con Kruschev la
instalación de misiles balísticos en Cuba, lo que llevaría a la famosa Crisis
de los misiles de la que ya hablé en una de mis entradas sobre Kruschev. En
1965, con la creación del Partido Comunista de Cuba, sucesor del Partido
Socialista Popular, Cuba adopta finalmente el marxismo como ideología.
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