En 1910 Corea
pasa a ser una colonia oficial del Imperio del Japón, algo de lo que ya hablamos en las entradas sobre la Guerra ruso-japonesa y sobre el autoritarismo japonés. Sin embargo, en esta
entrada vamos a repasar la historia de este país a finales del Siglo XIX y
comienzos del XX. Corea estaba gobernada desde finales del Siglo XIV por la
Dinastía Joseon y ya había sufrido intentos de invasión por parte de Japón en
el Siglo XVI. La Corea de los Joseon era un Estado vasallo de la China
imperial, primero de los Ming y luego de los Qing, la que fue la última
dinastía imperial de China. Tras las desastrosas Guerras del opio contra
británicos y franceses y la sangrienta Rebelión Taiping, que según algunas
estimaciones pudo ser la tercera guerra con más víctimas de la historia,
solamente superada por las guerras mundiales, China dejó de ser la potencia
predominante en una Asia bajo el férreo control de las potencias occidentales,
sobre todo franceses, británicos y rusos, pero también alemanes, neerlandeses y
estadounidenses.
Al igual
que China, Japón, país que se había aislado del mundo en el Siglo XVII en lo
que se conocería como Sakoku, no fue directamente invadido por los europeos y
estadounidenses, pero sí sometido mediante el imperialismo económico. Sin
embargo, el control económico de China, el mayor mercado del mundo, era
muchísimo más férreo que el de Japón. En el caótico período conocido como
Bakumatsu (1853-1867), el poder del emperador se impuso sobre el de los señores
feudales locales y sobre el del shogun, un caudillo militar que era quien
realmente tenía el poder político en el Japón pre industrial. El emperador, que
hasta entonces era una figura con casi más poder religioso (dentro de la
religión sintoísta, la religión tradicional japonesa) que político, acabó
convirtiéndose en un monarca absoluto al estilo europeo, sin renunciar a su
importancia religiosa. En 1885 se pasa de la monarquía absoluta a la
constitucional, si bien no existirá el sufragio universal masculino hasta 1925.
Bajo el
reinado de Mutsuhito (1868-1912), Japón se industrializa a un ritmo
sorprendentemente rápido. Sin embargo, Japón tenía un problema: Su escasa
superficie y falta de recursos. Puesto que Japón no estaba preparado para
enfrentarse con potencias occidentales pone sus ojos en el norte de China y sobre
todo en Corea. La intención japonesa de acceder a Corea y Manchuria fue la
causa subyacente de la Primera guerra sino-japonesa (1894-1895). No fue la
primera campaña expansionista de Japón. Ya en 1872 Japón se había hecho con el
control de las Islas Ryukyu, otro estado vasallo de China.
Volviendo
a Corea, si bien la intención de Japón de crear un Imperio colonial que satisficiese
las necesidades de su recién creada industria fue la causa subyacente de la
guerra contra China, la excusa utilizada se encuentra en la rebelión campesina
de Donghak, una religión neoconfucianista aparecida en Corea en 1860 de la mano
de Choe Je-u. El emperador coreano Gojong pidió ayuda a China, cuyos soldados
penetraron en Corea sin el permiso de Japón, algo que era necesario de acuerdo
a la Convención de Tientsin de 1885. El origen de este acuerdo se encuentra en
un fallido golpe de Estado vivido en Corea en 1884 que buscaba derrocar a los
Joseon y que contaba con el apoyo de los japoneses.
Si bien
Corea fue un importante frente de la Primera Guerra Sino-japonesa, que Japón
logra ganar, tras el final de las hostilidades el país nipón solamente obtiene
de China Taiwán, las Islas Pescadores y la Península de Liaodong. Esto se debe al
interés de Rusia en la Península Coreana. Es más, las presiones rusas,
francesas y alemanas hacen que Japón devuelva Liaodong a China.
Si bien
Japón no logró hacerse con el control de Corea, la guerra puso fin a la
influencia china en la península. En octubre de 1895, medio año después del
final de la guerra, la emperatriz Myeongseong, afín a Rusia, es asesinada por
agentes japoneses. En 1897 se establece, en un intento de remarcar la
independencia, el Imperio de Corea, con Gojong a la cabeza. Sin embargo, tras
la Guerra ruso-japonesa de 1904-1905 en Manchuria, los japoneses convierten el
Imperio de Corea en un protectorado a través del Tratado de Eulsa.
En 1907 un
nuevo acuerdo priva a Corea del control interno del país que pasa a estar en
manos de los nipones. En 1910, un tercer acuerdo hace oficial la anexión.
El gobierno colonial trató de imponer el alfabeto y el lenguaje japonés. La muerte de Gojong en extrañas circunstancias en 1919 llevó al surgimiento del Movimiento Primero de Marzo, el primero de muchos movimientos independentistas. Más de siete mil personas fallecieron a manos de la represión japonesa. Se estableció un gobierno en el exilio, el Gobierno provisional de la República de Corea, liderado por Syngman Rhee. En 1925 se funda el Partido Comunista de Corea, que no tuvo especial relevancia. Más importancia tuvo el Ejército Unido Antijaponés del Nordeste, formado tanto por chinos como por coreanos y que operó en Corea pero sobre todo en Manchukuo, el Estado títere establecido por lo japoneses en 1932 y gobernado por Puyi, el que fue el último emperador de China entre 1908 y 1912. Dentro de esta milicia se encontraba el que posteriormente se convertiría en el fundador de Corea del Norte, Kim Il-Sung.
No
obstante, es necesario remarcar que también existió colaboracionismo dentro de
Corea. Un elevado número de coreanos sirvieron de forma voluntaria, pues el
reclutamiento obligatorio de coreanos no apareció hasta 1944, en el Ejército
Imperial Japonés, incluyendo a personalidades como el futuro dictador
surcoreano Park Chung-hee. Igualmente, Corea se convirtió en uno de los
principales lugares de origen de las mujeres de confort, mujeres obligadas a
servir como esclavas sexuales del Ejército Imperial.
El 9 de
agosto de 1945, tres días después del lanzamiento de Little Boy sobre
Hiroshima, la URSS y Mongolia penetran en Corea, Manchukuo y Mengjiang, un
Estado títere de Japón formado por mongoles. Estados Unidos responde con la Operación
Cuarenta Lista Negra, un desembarco en el sur de Corea iniciado el 4 de
septiembre, dos días después de la rendición oficial de Japón. El 10 de agosto
soviéticos y estadounidenses habían acordado dividir Corea del forma
provisional con el Paralelo 38 de por medio. La división acabará por hacerse definitiva
con el establecimiento de la Primera República de Corea, con Syngman Rhee a la
cabeza, en el sur de la península el 15 de agosto de 1948. En el norte, el 9 de
septiembre de ese mismo año se crea la República Popular Democrática de Corea con Kim
Il-sung como Primer ministro y Líder Supremo.
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