Si bien Japón era un país con escasos recursos naturales, antes de la Segunda Guerra Mundial había desarrollado un gigantesco crecimiento económico, basado en la colonización y en la explotación de los mismos pueblos del continente asiático que la propaganda retrataba como hermanos. El surgimiento de Japón como potencia colonial y comercial llevó a un aumento de las tensiones con Estados Unidos y Reino Unido, las otras dos potencias de la zona del Pacífico llevaron a la entrada del país nipón la Segunda Guerra Mundial.
Para 1945,
con la guerra acabada y la dictadura monopartidista establecida en 1940
destruida, Japón estaba devastado y bajo ocupación por parte de los estadounidenses
y otros países de los Aliados, entre los que no se encontraba ni la URSS ni
China. La industria nipona había sido barrida por los bombardeos; los zaibatsus,
los conglomerados que suponían la base de la economía nipona, fueron
desarticulados, se debían pagar reparaciones de guerra y miles de japoneses
residentes en Manchuria y otras ex colonias llegaban al país tras ser
expulsados por los chinos y los soviéticos. Todo parecía indicar que el papel
de Japón como potencia había llegado a su fin.
Sin
embargo, cuando en 1950 estalló la Guerra de Corea, la recién reconstruida
industria nipona, por aquel entonces escasa, experimentó un empuje
significativo. Al año siguiente, a través del Tratado de San Francisco, Japón
recuperó la independencia. Los zaibatsus evolucionaron en keiretsus, uniones de
empresas distintas, pero con intereses comunes. Toyota y Mitsubishi son dos
keiretsus cuyos orígenes se encuentran en los zaibatsus de preguerra. La fuerte
inversión estatal, expresada en subsidios fiscales y en ayuda para la
adquisición tecnológica, así como en el desarrollo de planes de crecimiento
para las industrias punteras con capital a bajo interés, llevó a que entre 1955
y 1973 Japón experimentase ritmos de crecimiento anual entre el 6 y el 12%. Sin
embargo, no sería hasta la década de 1970, con Estados Unidos en crisis, cuando
Japón pudo competir a nivel internacional, destacando sobre todo en el sector
tecnológico.
No
obstante, si bien Japón acabó por convertirse en uno de los mayores exponentes
del capitalismo de posguerra, en los años posteriores a la rendición del
Imperio existían ciertas dudas sobre el camino que iba a tomar el país, debido
sobre todo a la popularidad del recién legalizado Partido Comunista Japonés
(PCJ). En las elecciones de 1949, celebradas estando el país todavía bajo
control estadounidense, el PCJ obtuvo el 10% de los votos, lo que alarmó al
gobierno de ocupación de Douglas MacArthur, que en 1950 ilegalizaría el
periódico del partido Shimbun Akahata, que no volvería a imprimirse hasta 1952.
En las elecciones de ese año en PCJ solamente obtuvo el 2,5% de los votos.
Frente al radical y pro-soviético PCJ se encontraba el Partido Socialista de
Japón (PSJ), a medio camino entre el socialismo, por lo general no-marxista,
sin bien existían distintas facciones dentro del mismo, y la socialdemocracia.
En las elecciones de 1947, en las que el PCJ obtuvo el 3,6% de los votos, el
PSJ obtuvo el 26,33% de los votos, poco por debajo del derechista del Partido
Liberal, que obtuvo el 26,55%.
Tras el Tratado
de San Francisco, Japón se posicionó del lado estadounidense y permitió que las
fuerzas armadas de este país conservasen bases en suelo japonés, para el disgusto
tanto de la izquierda como de sectores marginales de la extrema derecha. La Zengakuren, abreviatura de
Federación Japonesa de Asociaciones Estudiantiles, se convirtió en el principal
grupo de oposición extraparlamentaria de Japón, de ideología izquierdista y
vinculada al PCJ. Llevaron a cabo protestas no solo contra el Tratado de San
Francisco, sino también con el motivo del incidente del Daigo Fukuryū Maru, un
barco atunero japonés que en 1954 fue contaminado por la lluvia radiactiva de
la bomba de hidrógeno estadounidense Castle Bravo, detonada en el Atolón
Bikini, en el Océano Pacífico. En 1955, cuando se anuncia una expansión de la
base aérea de Tachikawa por encima del pueblo de Sunagawa, lo que dejaría a
unas ciento cuarenta familias sin hogar, el PCJ, el PSJ, el Sōhyō, que era la
mayor federación sindical de Japón, y la Zengakuren se movilizaron en una serie
de protestas, tanto pacíficas como no violentas, que duraron hasta 1957, cuando
se canceló el proyecto.
Pero las
protestas antiestadounidenses más grandes todavía estaban por llegar. En mayo
de 1960 se firma el polémico Tratado de Cooperación y Seguridad Mutua entre
Estados Unidos y Japón, que permitía a los Estados Unidos conservar sus bases
en suelo japonés. En junio comienzan las llamadas Protestas de Anpo contra el
gobierno, en las que cientos de miles de manifestantes convocados por las
mismas fuerzas políticas y sindicales que organizaron las protestas de de
Sunawaga marcharon sobre la Dieta, el congreso japonés. El sentimiento
antiestadounidense era elevado: A los casos anteriormente mencionados hay que
sumar la violación y asesinato de una niña de seis años por un soldado en la
isla de Okinawa en 1955, donde la ocupación estadounidense seguiría en vigor
hasta 1971, y el asesinato de una mujer que recogía chatarra a manos de un
militar americano en 1957 en la Prefectura de Gunma.
Cuando una
estudiante de la Universidad de Tokio murió a manos de la policía, la tensión
subió aún más: El coche del secretario de prensa del presidente estadounidense
Eisenhower, James Hagerty, fue rodeado por los manifestantes y un helicóptero
de los marines hubo de acudir al rescate. El Uyoku-Dantai, las organizaciones
de extrema derecha, se pusieron del lado del gobierno del Partido Liberal Democrático
(El PLD, que gobierna Japón de manera casi ininterrumpida desde 1955 hasta hoy),
organizadas por el líder nacionalista y miembro de la yakuza Yoshio Kodama, que
logró movilizar a miles de militantes ultraderechistas y matones de la yakuza
para hacer frente a la Zengakuren y a los manifestantes. Eisenhower acabó por
cancelar su visita a Japón. En octubre de 1960, cuando las protestas ya habían
perdido fuerza y en plena campaña electoral, un nacionalista de 17 años llamado
Otoya Yamaguchi apuñaló al secretario general del PSJ Inejirō Asanuma, provocándole
la muerte. Yamaguchi se suicidaría en prisión poco tiempo después.
Durante la
década de 1960 los Zengakuren continuaron manifestándose, centrándose en la
oposición a la Guerra de Vietnam y a la construcción del Aeropuerto
Internacional de Narita en la localidad de Sanrizuka, una lucha similar a la
vivida en Sunagawa pero bastante más violenta, hasta el punto de que, a partir
de la década de 1970, comenzasen a vivirse atentados que incluso a día de hoy se siguen viviendo. Un total de cuatro policías, dos obreros, un ejecutivo del
comité de expropiación y un familiar de un fabricante de aviones han muerto a
lo largo de los años, frente a dos manifestantes, a los que hay que sumar uno
que se suicidó en prisión. Y es que la inauguración del aeropuerto en 1977 no
paró las protestas y a día de hoy el proyecto original, que contemplaba cinco
pistas. Es más, en la actualidad, dentro del recinto del aeropuerto se pueden encontrar
propiedades sin expropiar.
A la largo
de las décadas de 1960 y 1970, y de la misma forma que había ocurrido con
partidos comunistas europeos como el francés, el italiano y el español, el PCJ
va adoptando posturas cada vez más moderadas y alejándose de la órbita de
Moscú. Todo esto mientras nace una Nueva Izquierda al estilo europeo, pero
también inspirada en parte en el modelo chino maoísta. En verano de 1968,
siguiendo el ejemplo francés, distintos grupos de la izquierda japonesa protagonizan
una serie de violentas protestas. Los grupos de manifestantes son heterogéneas,
abarcando desde los trotskistas de la Liga Japonesa Revolucionaria Comunista,
fundada en 1957, hasta distintas facciones del PCJ, desde la oficial hasta los
disidentes del PCJ-Facción izquierda, de ideología maoísta e inspirados por la
Revolución Cultural que estaba teniendo lugar en China. Los distintos grupos se
agruparán en torno a los denominados Comités de Lucha Conjunta de todos los
Campus, el Zenkyōtō. Si bien este grupo surgió como una respuesta a la
Zengakuren, a la que consideraban moderada y revisionista, ambos grupos
actuaron juntos en los disturbios.
Llegados a
este punto es necesario hablar de la figura de Yukio Mishima, uno de los más
importantes escritores japoneses del Siglo XX, candidato al premio Nobel, y
fundador en 1968 de la Tatenokai (Sociedad del Escudo), una organización
nacionalista que para el año 1970 tenía cerca de trescientos miembros. Sin
embargo, mientras que otros líderes ultraderechistas como Yoshio Kodama eran
capitalistas y simpatizantes del gobierno, Mishima, tanto en sus escritos como
en sus discursos, cargaba duramente contra el sistema liberal y capitalista, incluso más
que contra el comunismo. En 1969 el escritor participó en un cara a cara contra
más de cien simpatizantes del Zenkyōtō en una conferencia de la Universidad de
Tokio, en lo que se convertiría en uno de los momentos más tensos de las
protestas de finales de la década de 1960. Ese mismo año el aclamado autor publica
Caballos Desbocados, ambientada poco después del fallido golpe de Estado de1932, y en el que se narra un ficticio golpe llevado a cabo por oficiales
idealistas contrarios al liberalismo y a la injerencia de los zaibatsus de
entreguerras en la política. Un año después, el 25 de noviembre de 1970,
Mishima y otros miembros de la Tatenokai, llevan a cabo su propio golpe de
Estado en un cuartel militar de Tokio donde habían sido invitados. Tras un
discurso frente a las tropas, a las que no logró convencer, Mishima se suicidó
con el tradicional método del seppuku, el hará-kiri.
En 1970 también tuvieron lugar fuertes protestas en Okinawa así como el secuestro del Vuelo 351 de Japan Airlines por un grupo comunista llamado Fracción del Ejército Rojo, sin relación con el grupo alemán, más allá de la ideología. Se acercaba una oleada de tensiones, similar a lo ocurrido en Europa.
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