Con Perón exiliado, primero en Venezuela y luego en la España Franquista, el nuevo gobierno de Pedro Eugenio Aramburu, líder de la Revolución Libertadora pone en marcha una campaña que busca borrar todo rastro del peronismo. El Partido Justicialista y la CGT son ilegalizados. El 9 de junio de 1956 tienen lugar un intento fallido de contragolpe a manos del general Juan José Valle. Tres días después este militar es fusilado. Más de dieciséis militares y trece civiles fueron ejecutados por las tropas de Aramburu en el fallido levantamiento lo que provocó que la dictadura-cívico militar recibiese el irónico apodo de Revolución Fusiladora.
El 23 de
febrero de 1958 se celebran elecciones presidenciales en Argentina, elecciones
en las cuales los peronistas tienen prohibido participar. Arturo Frondizi, de
Unión Cívica Radical Intransigente (La Unión Cívica Radical se había dividido
en dos en 1957, la intransigente y la del Pueblo) es elegido presidente por un
sistema de sufragio indirecto. No obstante, la mayoría de los votos fueron
blanco, utilizados en forma de protesta por los peronistas. El principal
instigador de esta propuesta fue el partido Unión Popular, principal exponente
del movimiento conocido como Peronismo
sin Perón. Frondizi es derrocado en 1962 en un golpe de estado, siendo
sustituido por José María Guido. Las elecciones del 7 de julio de 1963, en las
que tampoco participa el peronismo, serán ganadas por Arturo Illia, de la Unión
Cívica Radical del Pueblo.
Volviendo
al tema principal de esta entrada, ya en 1955 surge el primer grupo de la
conocida como Resistencia Peronista, el Ejército de Liberación
Nacional-Movimiento Peronista de Liberación. Será conocido popularmente como Uturuncos
y su única acción armada fue un ataque a una comisaría en la ciudad de Frías en
1959. En el contexto de la Guerra Fría, y sobre todo a partir de la Revolución Cubana de 1959, dentro del peronismo surgen divisiones entre los peronistas de
izquierdas, que tendrán especial fuerza sobre todo en la década de 1970 con
grupos como los Montoneros, y los peronistas de derechas. Mientras que los
primeros mostraban posturas abiertamente marxistas, los segundos mostraban
posturas cercanas al fascismo y al nazismo. Dentro de estos últimas destaca el
grupo terrorista Movimiento Nacionalista Tacuara, fundado en 1957,
profundamente antisemita y apoyado por la Liga Árabe. En 1960 el Mossad
secuestra a Adolf Eichmann, fugitivo nazi residente en Argentina, quien es
llevado a Israel y ejecutado. Como respuesta a esto, el Movimiento Nacionalista
Tacuara incrementa sus ataques antisemitas, que hasta ese momento se reducían a
vandalismo e intimidación: En junio de 1962 secuestran a una estudiante judía
de diecinueve años a la torturan y dejan cicatrices con forma de esvásticas. En
agosto de 1963 asesinan a dos guardias en un atraco a un banco y en 1964 matan
al comunista judío Raúl Alterman.
En 1962
tuvo lugar uno de los más extraños episodios de la historia argentina: Una
lucha interna entre militares que pasaría a la historia con el nombre de azules y colorados. Mientras que la
facción de los azules estaba a favor de integrar a los peronistas dentro de la
vida política y militar argentina, los rojos equiparaban al peronismo con el
comunismo y eran totalmente contrarios a una reconciliación con esta ideología.
Los azules predominaban en el ejército y en la fuerza aérea y los colorados en
la marina. El 21 de septiembre de 1962 los colorados intentan llevar a cabo un
golpe de Estado, el cual reprimido por un bombardeo aéreo por parte de los
azules en San Antonio de Padua. Los enfrentamientos esporádicos entre facciones
se prolongaron durante los próximos seis meses. Los colorados, que buscaban
establecer una dictadura derechista, fracasaron y la marina perdió fuerza
frente al ejército.
A partir
de este punto nos es imposible hablar de la situación en Argentina sin hablar
de la influencia de la Revolución Cubana. En su exilio en Madrid Perón
coincidió dos veces con el Che Guevara, hacia el que mostraba una gran
simpatía. En 1968 Perón diría: Mao está a
la cabeza de Asia, Nasser de África, De Gaulle de la vieja Europa y Castro de
América Latina. Esto no quiere decir que Perón fuese comunista, ni mucho
menos. Es más, la Revolución Cubana no fue comunista, sino simplemente anti
imperialista. Fue la oposición a Estados Unidos la que hizo que Castro se
decantase por un acercamiento a la URSS. El miedo a una posible expansión del
comunismo lleva a que el 28 de junio de 1966 tenga lugar un golpe de Estado a
manos del general Juan Carlos Onganía, golpe conocido como Revolución
argentina.
Grupos
terroristas marxistas como el Ejército Guerrillero del Pueblo, creado en 1963,
o el Ejército Revolucionario del Pueblo, fundado en 1970 comienzan a combatir a
la dictadura. Igualmente surgen grupos peronistas de izquierdas como las Fuerzas
Armadas Peronistas, fundadas en 1968. No obstante, como bien se dijo antes, el
grupo peronista de izquierdas más importante era el de los Montoneros, cuya
primera acción, el secuestro y asesinato de Pedro Aramburu, tendría lugar el 29
de mayo de 1970.
El nuevo
régimen buscó un acercamiento a Estados Unidos a la vez que trataba de hacer frente
a los diversos grupos terroristas de corte peronista y marxista, así como a
protestas estudiantiles, destacando el Cordobazo de 1969, fuertemente inspirado
en las protestas de mayo de 1968 en Francia. No obstante, la nueva dictadura
fue, por lo menos en un principio, bien acogida por la CGT.
A
comienzos de la década de 1970 comienzan a vivirse los primeros episodios de
terrorismo de Estado y desapariciones forzosas, así como ejecuciones
extrajudiciales. La presión de los grupos peronistas llevó a que en marzo de
1973 se convocasen unas elecciones en las que, por primera vez desde la
Revolución Libertadora, se permitió a los peronistas presentarse. Liderados por
el Doctor Héctor José Cámpora, los justicialistas ganaron con el 49,5% de los
votos. Comienza así el episodio conocido como Tercer Peronismo.
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