La década de 1930 estuvo marcada por el establecimiento de distintos regímenes autoritarios no sólo en Europa, sino también en otras partes del mundo, como es el caso de América Latina. Con la Unión Soviética constituyéndose como potencia, y ante la fuerte inestabilidad posterior a la Primera Guerra Mundial, surgen dictaduras de derechas o de la denominada Tercera posición, término polémico utilizado por los fascistas italianos y otros regímenes en contraposición al liberalismo capitalista, expresado en las democracias parlamentarias, y al socialismo marxista.
Brasil no
fue una excepción: Entre 1930 y 1945 el país estuvo gobernado por Getúlio
Vargas, qe entre 1928 y 1930 había servido como presidente del estado de Rio
Grande do Sul y que pondría en marcha un modelo inspirado en la dictadura
portuguesa de António de Oliveira Salazar. Tanto Brasil como Portugal tenían
regímenes autoritarios, nacionalistas y con una política económica
corporativista, con cierta inspiración en el modelo fascista italiano, pero
también con bastantes diferencias con el mismo.
Se suele
dividir el gobierno de Vargas en tres etapas. La primera se encuentra entre los
años 1930 y 1934 y se corresponde con el denominado gobierno provisional.
Vargas llegó al poder tras la llamada Revolución de 1930, una insurrección
militar instigada por las élites de los estados de Minas Gerais, Paraíba,
Paraná y Rio Grande do Sul contra el débil gobierno de Washington Luís, apoyado
por la oligarquía de São Paulo. En el contexto de la Gran Depresión, Brasil atravesaba
una fuerte crisis económica, lo que se vio reflejado sobre todo en la bajada de
los precios del café. Es en este contexto en el que la insurrección tiene
lugar. La Primera República Brasileña, o República
Velha, desaparece el 3 de noviembre para dar lugar a una dictadura militar
que pone a Vargas como presidente de Brasil.
En 1932
estalla una revuelta contra la dictadura, que había puesto final al
federalismo, un modelo en vigor desde la proclamación de la República Velha en 1889. Los principales
estados que instigaron la revuelta fueron Maracayú y São Paulo. Entre julio y
agosto de 1932 la región del Mato Grosso en la frontera con Paraguay se
convierte en escenario de duros combates. La revuelta concluyó con el gobierno
de Vargas comprometiéndose a redactar una nueva constitución. En 1934, con la
firma de este nuevo documento y la convocatoria de nuevas elecciones, ganadas
por Getúlio con el 70% de los votos, comienza la segunda etapa de la Era
Vargas: el período constitucional o Segunda República Brasileña.
En 1935
tiene lugar una nueva insurrección armada, esta vez de mano del Partido
Comunista de Brasil, liderado por Luís Carlos Prestes. Tres bases militares de
los estados de Natal y Rio de Janeiro se unirán a la revuelta. Se declara el
Estado de emergencia y se moviliza a las unidades militares leales al gobierno.
La revuelta fracasa y Prestes es arrestado.
El miedo a
una nueva rebelión comunista permite que el 10 de noviembre de 1937 Vargas
lleve a cabo, con el apoyo del ejército, un autogolpe de Estado, comenzando así
la última etapa de la Era Vargas: El Estado Novo, una dictadura a medio camino
entre la derecha y la tercera posición. Las elecciones presidenciales de 1938,
a las que Vargas no iba a presentarse, quedan canceladas. Nace la Tercera
República Brasileña, que como se dijo antes, estaba muy influenciada por el
régimen portugués de Salazar y donde los militares tenían una gigantesca
influencia. Los comunistas y otros disidentes comienzan a ser perseguidos. En
política exterior, el gobierno de Vargas lleva a cabo un acercamiento a los
Estados Unidos, la llamada Política de
buena vecindad entre Latinoamérica y los Estados Unidos, en contraposición a Argentina,
principal rival de Brasil, que busca alejarse de la órbita estadounidense. Además,
Vargas era un admirador de las políticas estadounidenses del New Deal de
Roosevelt.
Y es que
al igual que los Estados Unidos de Vargas, o la Italia de Mussolini a la que
Vargas también admiraba, el gobierno de Getúlio, tanto antes como después del
golpe de 1937, se caracterizó por una fuerte inversión estatal, creándose
empresas como la Compañía Siderúrgica Nacional o la Fábrica Nacional de Motores,
así como organismos estatales encargados de regular la economía como el Consejo
Nacional de Petróleo. Igualmente, la dictadura brasileña buscó la creación de
un estado de bienestar siguiendo el ejemplo estadounidense, poniendo en marcha
una serie de leyes laborales que hicieron que el régimen se ganase el apoyo de
los trabajadores, en detrimento del ilegalizado Partido comunista. Vargas se
ganaría el apodo de El Padre de los
pobres.
En un
primer momento Vargas recibiría el apoyo de los integralistas, los fascistas
brasileños, organizados alrededor de la Acción Integralista Brasileña, un
partido fundado en 1932 por el vanguardista Plínio Salgado. Este grupo, si bien
contaba con el apoyo de una gran parte de la población de origen alemán (en
parte explicada por las políticas de Vargas que buscaban la rápida asimilación
de las comunidades de origen inmigrante en Brasil), rechazaba las tesis
racistas del nazismo y era más cercana al modelo italiano que al alemán. Sin
embargo, con el establecimiento del Estado Novo, los integralistas comenzaron a
ser perseguidos y en 1937 el partido acabó por ser disuelto.
Con el
ataque japonés a Pearl Harbor Brasil rápidamente se posicionó del lado
estadounidense, permitiendo a este país utilizar bases militares para patrullar
el Atlántico. Brasil se convertiría en un importante proveedor de materias
primas como el caucho, lo que llevaría a que los submarinos alemanes e
italianos atacasen a buques brasileños. Pese a que el sentimiento pro-Eje era
bastante en grande entre la población brasileña, en especial entre las
comunidades de origen italiano, alemán y japonés (estos últimos sufrieron
represalias al igual que en Estados Unidos, aunque bastante más suaves que las
del país norteamericano. Si bien no se llevaron a cabo encarcelamientos en
campos de concentración a gran escala, a los japoneses-brasileños se les
impusieron restricciones como la de usar radios) Brasil entra en la Segunda
Guerra Mundial el 22 de agosto de 1942. Las acciones del país sudamericano se
centraron en la guerra naval en el Atlántico y en el envío de la Fuerza
Expedicionaria Brasileña al frente italiano, participando en batallas como la
de Monte Castello.
Sin
embargo, durante los primeros años de la década de 1940 el régimen de Vargas
comenzó a mostrar signos de erosión, a la vez que los comunistas ganaban
fuerza. Se vivieron varias protestas estudiantiles y el dictador brasileño
acordó democratizar el país, fundando en 1945 dos partidos políticos, el Partido
Social Democrático (PSD), representante de los elementos derechistas del
régimen, y el Partido Laborista Brasileño, representante de la facción
izquierdista. Vargas convocó elecciones generales para el 2 de diciembre de
1945, ganadas por el PSD de Eurico Gaspar Dutra (Vargas había decidido no presentarse
como candidato) con el 55% de los votos, frente a la opositora Unión
Democrática Nacional (UDN) de Eduardo Gomes, de corte liberal, que obtuvo el
34% de los votos. El Partido Comunista, al mando de Yedo Fiúza obtuvo casi el
10% de los votos. Nace la Cuarta República Brasileña.
Vargas,
crítico con las políticas económicas de Dutra, a las que consideraba demasiado liberales,
se puso al frente del Partido Laborista logrando ser elegido presidente en las
elecciones de 1950 con el 48% de los votos
frente a un 29% de la UDN y un 21% del PSD. El Partido Comunista Brasileño por
su parte había sido ilegalizado por Dutra en 1948. Durante el gobierno democrático
de Vargas se llevaron a cabo políticas similares a las vividas durante la
dictadura, con una fuerte intervención estatal en la economía, creándose
empresas públicas como Petrobrás.
El
gobierno de Vargas llega a su fin en 1954 a raíz de una profunda crisis
política, resultado del asesinato del general Rubens Florentino Vaz, opositor a
Getúlio, por parte de los guardaespaldas del presidente. Getúlio Vargas puso
fin a su vida un 24 de agosto de 1954, suicidándose en el palacio presidencial
de Catete, en Río de Janeiro. Sería sucedido de forma interina por Café Filho, Carlos
Luz y Nereu Ramos hasta que las elecciones de 1955 fuesen ganadas por Juscelino
Kubitschek, del PSD.
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