Si había una colonia que había demostrado ser una carga para los británicos esa era Palestina, que como bien se dijo en la entrada anterior era escenario constante de luchas étnicas entre los árabes y los colonos judíos. Ya en 1939 se había publicado el Libro Blanco, un documento en el cual se proponía descolonizar el territorio en un solo Estado con un gobierno conjunto de árabes y judíos. Tanto los árabes como los hebreos se opusieron a este proyecto.
Todo
cambió con la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, que puso a la opinión
pública internacional a favor de la creación de un Estado judío. La etapa final
del dominio británico en Palestina coincidió con un éxodo masivo de judíos
europeos, muchos de los cuales eran supervivientes del Holocausto, en dirección
a la colonia, inmigración en la mayoría de los casos ilegal y que las
autoridades coloniales no logaron frenar. La violencia sionista aumentó
considerablemente a la par que la oposición árabe. En la Operación Agatha del 29
de junio de 1946 más de dos mil setecientos miembros de la Haganá y el Irgún
fueron arrestados. Como respuesta, el 22 de julio el Hotel Rey David de
Jerusalén, sede del gobierno colonial, es atacado por el Irgún en un atentado
con bomba que se salda con noventa y una vidas.
El 29 de
noviembre de 1947 la Asamblea General de la recién creada Organización de las
Naciones Unidas aprueba la Resolución 181 que pone fin al Mandato Británico de
Palestina, dividiendo el territorio en dos Estados de igual extensión, uno
árabe y el otro judío. Debido a su importancia religiosa Jerusalén y Belén
permanecerían como territorios internacionales bajo control de la ONU.
Nada más
hacerse pública la Resolución 181 comienzan los combates en la colonia con la
Haganá, el Irgún, el también terrorista Lehi y los voluntarios extranjeros
conocidos con el nombre de Machal luchando contra grupos como el Ejército Árabe
de Liberación. En diciembre estallan los combates en Jerusalén. Finalmente, el
14 de mayo de 1949 los británicos abandonan Palestina, declarándose así la
Independencia de Israel, con David Ben-Gurión como primer presidente. La Unión
Soviética sería el primer país en reconocer al país hebreo, ya que Stalin creía
que el carácter colectivista de los Kibutz podía ser la base de un sistema socialista.
El 15 de mayo la Guerra civil en Palestina se convierte en un conflicto internacional cuando Egipto, Siria y Transjordania, todos miembros de la Liga Árabe, fundada en 1945, invaden Israel con la ayuda de tropas iraquíes, libanesas, saudíes y yemenitas. La Haganá se constituyo como un ejército regular y se pidió al Irgún y al Lehi que se integrasen dentro. Los posteriores diez meses de lucha se desarrollaron principalmente en Palestina, pero también en el sur del Líbano y en la Península del Sinaí. La recién creada Fuerza Aérea Israelí bombardeó El Cairo mientras que los egipcios hicieron lo mismo con Tel Avir.
En junio
dentro del bando israelí tiene lugar un enfrentamiento interno cuando el Irgún,
que se había negado a unirse a las tropas regulares, trata de introducir armas
a bordo de un barco llamado Altalena. Cuando se negaron a entregar estas armas
al gobierno de Ben-Gurion, este ordenó hundir el barco, provocando la muerte de
dieciséis miembros del grupo terrorista, que acabaría por disolverse.
El 11 de
junio se firmó una primera tregua, disuelta el 8 de julio. Diez días después
tiene lugar una nueva tregua, a su vez disuelta el 15 de octubre. En la última
etapa de la guerra los israelíes logran significativos avances al norte, en
Galilea, y al sur, en el desierto del Néguev. El alto al fuego definitivo se
firma el 10 de marzo de 1949 con los países árabes fracasando en su intento de
invadir Israel.
Como
resultado de la Primera guerra árabe-israelí el país hebreo se hace con el
control del 60% del territorio que según el plan de la ONU pertenecía a los
árabes, incluyendo el área de Jerusalén Oriental, Jaffa, lod y Ramla, Galilea,
gran parte de Néguev y Cisjordania. Egipto se haría con el control de Gaza y
Transjordania con el resto de territorios árabes. El conflicto provocaría un
fuerte cambio demográfico en todo Oriente Próximo: Alrededor de setecientos mil
árabes palestinos huyeron o fueron expulsados, lo que se conocería como Nakba.
Lo mismo ocurrió con más de ochocientos mil judíos sefardíes y mizrajíes en los
países de la Liga Árabe.
Soldados israelíes en el Néguev durante la Primera Guerra Árabe-Israelí
No es
imposible seguir hablando del conflicto sin hablar del socialismo árabe, el
movimiento ideológico que protagonizaría las décadas de mediados del Siglo XX
en el mundo árabe y cuyo nacimiento se sitúa en el golpe de Estado que tuvo
lugar el 23 de agosto de 1952 en Egipto a manos de los generales Mohammed
Naguib y Gamal Abdel Nasser, golpe que llevaría al derrocamiento de la
monarquía de Faruq I. Si bien Reino Unido había concedido la independencia
parcial a Egipto en 1922, Gran Bretaña seguía controlando el país a través de
la monarquía egipcia. Todo cambió con la llegada al poder de Naguib, quien
gobernaría hasta 1954, y sobre todo bajo el gobierno de Nasser, que duraría
hasta 1970. Nasser era un fuerte defensor del panarabismo, el movimiento que
buscaba la creación de un único país árabe, desde Marruecos hasta Irak, y que
por supuesto era incompatible con el sionismo.
El
nacionalismo árabe de Nasser acabó evolucionando hacia el socialismo árabe, ideología
que combinaba el panarabismo con el socialismo no marxista. No obstante, ante
la cada vez peor relación con Reino Unido, Nasser llevó a cabo un acercamiento
a la Unión Soviética. A su vez Estados Unidos llevó a cabo un acercamiento a
Israel, dando importantes sumas económicas en el contexto de la crisis
económica que sufrió el país hebreo entre 1949 y 1959. La austeridad era tal en
Israel que se tuvo incluso que recurrir al racionamiento. Francia igualmente
llevó a cabo un acercamiento a Israel, rápidamente convirtiéndose en su
principal socio militar. La Guerra Fría había llegado a Oriente Próximo.
El
acercamiento de Nasser a la URSS provocó que Gran Bretaña y los Estados Unidos
retirasen su compromiso de construir la importante Presa de Asuán, en el Río
Nilo. El gobierno egipcio respondió con la nacionalización del Canal de Suez,
propiedad franco-británica desde su construcción en 1869. Nasser tenía pensado
utilizar los millonarios ingresos del canal para financiar la construcción de
la presa. El 26 de julio de 1956, el mismo dio que se nacionallizó el canal,
Nasser bloquea los Estrechos del Tirán, el único lugar por donde Israel podía
acceder al Mar Rojo. Egipto igualmente había estado apoyando, ya desde antes
del triunfo de la revolución de 1952, a los fedayines, insurgentes palestinos
que atacaban territorio israelí.
El 29 de
octubre las tropas israelíes al mando del general Moshe Dayan invaden el Sinaí.
Los gobiernos británico y francés se unen a los israelíes el 5 de noviembre.
Mientars los israelíes avanzan por el Sinaí, las fuerzas franco-británicas
bombardean Puerto Said y lanzan unidades paracaidistas a lo largo del canal. A
pesar de los éxitos de los invasores, la presión diplomática tanto por parte de
Estados Unidos como de la URSS fuerza a reino unido, Francia e Israel a retirar
sus ejércitos. Fallecieron ciento setenta y dos israelíes, dieciséis británicos
y diez franceses frente a un número de egipcios que oscila entre los mil
seiscientos y los tres mil, a los que hay que sumar cerca de mil civiles egipcios.
La ONU despliega a los cascos azueles en el Sinaí en la llamada Fuerza de
Emergencia de las Naciones Unidas, la UNEF.
La
construcción de la presa de Asuán será finalmente financiada por los soviéticos
y finalizada en 1970. Siria también llevó a cabo un acercamiento a la URSS y en
1958, pese a no tener una frontera común, este país se fusiona con Egipto en un
solo país: La República Árabe Unida. Nasser, líder del nuevo país, propuso la
unión con el Líbano, lo cual provocó una profunda crisis dentro del país que
acabó dando lugar a una breve guerra civil entre socialistas, por lo general
musulmanes, y conservadores pro occidentales, en su mayoría cristianos
maronitas. La guerra concluyó con la intervención de tropas estadounidenses en
la llamada Operación Blue Bat y con la victoria de los pro occidentales. La
Primera Guerra del Líbano coincidió además con un golpe de Estado en Irak que
lleva al poder a los socialistas árabes, que sin embargo se niegan a
incorporarse a la República Árabe Unida.
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