La revolución bolchevique triunfó en Petrogrado y Moscú, pero para a finales de 1917 la mayor parte del país estaba en manos de fuerzas hostiles a los comunistas, ya fuesen zaristas, republicanos conservadores e izquierdistas o independentistas. Las tensiones acumuladas desde la revolución de febrero estallaron con la llegada al poder de los bolcheviques. En contraposición al bolchevismo, el movimiento rojo, se formo el denominado movimiento blanco, un grupo heterogéneo formado sobre todo por derechistas, la gran mayoría zarista, pero también por ciertos grupos mencheviques y social-revolucionarios. Estos últimos se vieron divididos, con la facción autodenominada de izquierda, liderada por Borís Kamkov, apoyando a Lenin, a diferencia de otras facciones.
Entre las
primeras medidas del gobierno bolchevique se encontraban el Decreto sobre la
Paz, que como indica su nombre buscaba poner fin a la guerra; el Decreto sobre
la tierra, cuyo objetivo era la colectivización de la misma, y el Decreto sobre
la jornada laboral de ocho horas. En diciembre se establece la Cheka, la
policía política encargada de perseguir a los elementos considerados
contrarrevolucionarios.
Dentro del bloque comunista existían tensiones no sólo con los social-revolucionarios, sino también con el grupo que se conocería como Oposición obrera, de un fuerte carácter sindical y cuya miembro más famoso, a partir de 1921, fue Aleksándra Kolontái, comisaria del Pueblo de Bienestar Social entre 1917 y 1918, siendo la primera mujer en ocupar un cargo ministerial en la historia. De origen aristocrático y defensora de la libertad sexual, tras la muerte de Lenin y el viraje conservador de Stalin quedó relegada a un segundo plano, realizando misiones diplomáticas.
La ansiada
paz con Alemania y sus aliados se firma en Brest-Litovsk el 3 de marzo de 1918.
A través del tratado, Rusia entregaba Ardahan, Kars y Batumi al Imperio otomano
y Polonia, Bielorrusia, Curlandia y Lituania al Imperio alemán. Letonia,
Estonia y Finlandia se independizan pero bajo la esfera de influencia alemana. Lo
mismo ocurrirá con la República Popular Ucraniana. Reino Unido, Francia y sus
aliados reaccionan al tratado declarando la guerra a los comunistas rusos, con los
objetivos de lograr la reincorporación de Rusia a la Primera Guerra Mundial y
de aplastar un potente movimiento marxista que servía de inspiración a los
comunistas dentro de sus propios países.
En
Finlandia, pese a haberse logrado la independencia de Rusia, también existía una
fuertísima agitación social que desembocó en una guerra civil, mucho más corta
y menos sangrienta que la rusa, eso sí. Los comunistas finlandeses, al mando de
Ali Aaltonen, se enfrentaron al gobierno pro alemán de Carl Gustaf Mannerheim.
En mayo de 1918 el líder marxista es fusilado, con lo que se da por terminada
la guerra. Se busca establecer una monarquía en Finlandia, con un rey de origen
germano. Sin embargo, la derrota alemana en noviembre de 1918 hace que
Finlandia adopte la república como forma de gobierno.
En Ucrania
la situación era más caótica incluso. El débil gobierno de la República Popular
Ucraniana, pese a contar con el apoyo alemán, hubo de enfrentarse, dentro de su
propio territorio, no sólo a los ejércitos rojo y blanco, sino también a los
polacos y a los anarquistas del llamado Territorio Libre, liderados por Néstor Majnó.
En el Cáucaso
además de la República de las Montañas, de la que ya hablé en la anterior entrada y que duró entre 1917 y 1920, también existieron otros estados
independientes como la República Democrática Federal de Transcaucasia, país que
existió entre abril y mayo de 1918 y que se desintegraría para dar paso a las repúblicas
de Georgia, Armenia y Azerbaiyán, que se convertiría en el primer país de
mayoría musulmana en adoptar el laicismo. Armenia y Azerbaiyán, enemistadas por
cuestiones fronterizas, se enfrentaron en una guerra entre 1918 y 1920. A día de hoy ambas naciones siguen enemistadas.
Los movimientos separatistas no eran algo exclusivo del Cáucaso: En el norte de Rusia, cerca de la frontera con Finlandia, existieron dos efímeros estados formados por fineses: Uthua (1918-1920) e Ingria Septentrional (1919-1920). Lejos de allí, en Asia central, predominaban las milicias islámicas. La más importante de ellas sería la de los Basmachí, de la que hablo más en profundidad en la siguiente entrada. No fueron la única milicia islamista. También cabe destacar la Autonomía de Kokand, derrotada en 1918; el Emirato de Bujará, derrotado en 1920, el kanato de Jivá, también vencido en 1920, y el emirato de Cáucaso Norte, que existió entre 1919 y 1920 en la zona de Chechenia.
Otros
estados no reconocidos de la Guerra civil rusa fueron Idel-Ural (1918), formado
por tártaros en la zona de los Montes Urales; la república Autónoma de
Baskortosán (1917-1919), formada por baskires; la República Popular de Crimea
(1917-1918) formada por tártaros de Crimea, y la Ucrania Verde (1917-1922), establecida por ucranianos asentados en el Lejano Oriente y con capital en Vladivostok. Estos últimos
acabarían estando bajo el control del Ejército Blanco del almirante Alexander Kolchak. Los blancos
también establecieron estados títere en Kubán y el Don, ambos entre los años
1918 y 1920.
El
Ejército Rojo también creó estados satélite como en el caso de la República Soviética de
Galitzia (1918-1920) o la República Socialista Soviética de Persia (1920-1921)
en lo que hoy en día es la provincia iraní de Guilán. La primera acabó siendo
anexionada por Polonia mientras que la segunda fue recuperada por los iraníes.
Respecto a
la intervención extranjera en apoyo del Ejército Blanco, esta se localizó en el
Báltico (por parte de los británicos), en Besarabia (Rumanía). Ucrania (Francia
y Grecia), el Mar Blanco y la zona alrededor de Arcángel (Reino Unido, Francia
y Estados Unidos) y sobre todo en Siberia, principal foco del Ejército Blanco y
donde intervinieron británicos, franceses, italianos, canadienses, estadounidenses,
checoslovacos, polacos y sobre todo japoneses. Estos últimos, al haber sido su
intervención en la Primera Guerra Mundial mucho menor que la de los otros contingentes,
emplearían una fuerza mucho mayor en su lucha contra los comunistas: mientras
que la mayoría de países se retiraron de Siberia en 1919, Japón permaneció en
la región hasta 1922.
Durante las etapas iniciales de la guerra, junto a Siberia, el principal frente se encontraba en el oeste, sobre todo en Estonia donde en 1918, aprovechando la caída del Imperio alemán, penetraron los soviéticos en un intento de recuperar unos territorios antaño pertenecientes al Imperio ruso. Junto a los estonios combatirá el general blanco Nikolái Yudénich que en 1919 lanza una ofensiva contra Petrogrado, que ya no era la capital de Rusia (esta había sido transferida a Moscú). La ofensiva fracasa, pero en 1920 Estonia logra la independencia oficial.
El 14 de febrero estalla la guerra entre la Rusia soviética y la Segunda República Polaca de Józef Piłsudski. La guerra en un principio se limita a conflictos fronterizos de baja intensidad hasta que en abril de 1920 Piłsudski pone en marcha una ofensiva en dirección a Ucrania, aliándose con el gobierno de la República Popular Ucraniana y con Bielorrusia y Letonia en su guerra contra el Ejército rojo. No obstante, el contrataque soviético no sólo consigue expulsar a los polacos de Ucrania, sino que logra penetrar en Polonia.
Para inicios de agosto, las unidades soviéticas al mando de Tujachevski alcanzan las cercanías de Varsovia. Sin embargo, el Ejército Rojo es derrotado tanto en la capital como en el Río Niemen en septiembre. Sin embargo, el ejército de Trotski, comisario del Pueblo para la Guerra entre 1918 y 1925, logra hacerse con el control de Ucrania durante el trascurso de la guerra contra Polonia. Se establece la República Socialista Soviética de Ucrania. La paz entre Polonia y Rusia se firmará en Riga el 18 de marzo de 1921.
El Movimiento Blanco estaba bastante lejos de ser uniforme, con generales que operaban en zonas muy alejadas las unas de las otras y que en algunos casos llegaron incluso a verse enfrentados entre sí. En la ciudad siberiana de Omsk, Kolchak trató de establecer un gobierno unificado, el Directorio de Omsk, un proyecto que fracasó debido a las discrepancias entre zaristas, kadetes, social-revolucionarios y la Legión Checoslovaca, un grupo de voluntarios cuyo apoyo era fundamental para la guerra en Siberia.
Kolchak acabaría siendo traicionado por sus propios hombres, quienes lo entregaron a los bolcheviques de Irtursk a comienzos de 1920. Sería fusilado el 7 de febrero y su cuerpo arrojado al Río Ushakovka a través de un agujero en el hielo.
Durante
las primeras etapas de la guerra destacó igualmente la figura de Kornílov,
famoso por su intento de golpe de Estado contra Kerénski en 1917. Junto a
Mijaíl Alekséyev se encargaría de la formación del Ejército de Voluntarios, uno
de los grupos más importantes del Movimiento Blanco, recordado por sus campañas
en Tsaritsyn y Ucrania. Kornílov fallecería en marzo de 1918 en Krasnodar,
Kubán. En octubre de ese mismo año fallece Alekséyev en el Volga. El Ejército
de Voluntarios siguió luchando hasta 1920.
El uso del
terror fue una estrategia común en los dos bandos. El 17 de julio de 1918 en
Ekaterimburgo, territorio controlado por los bolcheviques, la destronada
familia real es asesinada junto a sus sirvientes por agentes de la Cheka. De la
misma manera que el gobierno de Lenin llevó a cabo una dura campaña en contra de
la religión, en especial en contra de la poderosa Iglesia ortodoxa, los blancos
llevaron a cabo numerosos pogromos contra los judíos. Durante la Guerra Civil Rusa, se produjeron más de dos mil pogromos antijudíos, no sólo por parte de los blancos, sino también a manos de los nacionalistas ucranianos, que llevaron a cabo el 40% del total, y por los ejércitos verdes, nombre por el cual se conoció a una serie de milicias campesinas como la que en 1920 se rebeló contra los bolcheviques en Tambov.
El
antisemitismo era particularmente común en el ejército de Antón Denikin, que tras
la muerte de Kornílov se convertiría en el más importante caudillo blanco del
sur de Rusia. Es igualmente recordado por firmar una alianza con los
anarquistas de Majnó y por sus exitosas campañas en Kubán, logrando en 1919
obtener el control sobre toda el aérea comprendida entre los mares Negro y
Caspio. Sin embargo, en Tsaritsyin en enero de 1920, Iósif Stalin y Kliment
Voroshílov logran vencer a Denikin, quien acabaría huyendo a Estambul. Todo su
poder pasó a manos de Piotr Wrangel, el Barón Negro, con
quien tenía una complicada relación y con quien había colaborado en la Batalla
de Tsaritsyin.
La muerte
de Kolchak y la derrota de Denikin fueron excelentes noticias para los
bolcheviques. Sin embargo, la contienda no había terminado. Además, en 1921 una
terrible hambruna consecuencia de la guerra asolaría el país, acompañada de las
virulentas rebeliones de Kronstadt y Tambov. Para colmo, la salud de Lenin, que
en 1918 sobrevivió a un intento de asesinato por parte de una
social-revolucionaria llamada Fanni Kaplán, era cada vez peor. La cuestión de
quien asumiría el liderazgo de Lenin tras su muerte comenzó a ser tema de
debate, con Trotski y Stalin cada vez más enfrentados. No obstante, tras la
retirada de la mayoría de las tropas extranjeras, los bolcheviques tenían
esperanzas de ganar la guerra.
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