Si bien Kruschev había puesto en marcha una serie de políticas que buscaban romper con el modelo de Stalin, lo que ya vimos en la anterior entrada, la política exterior del nuevo gobierno fue, en líneas generales, bastante similar a la de Stalin. No obstante, hubo dos importantes cambios durante el régimen de Kruschev. En primer lugar, un distanciamiento cada vez mayor de China, consecuencia directa de la política de desestalinización, considera revisionista por Mao Zedong y el Partido Comunista Chino, al igual que por el Partido de los Trabajadores de Albania de Enver Hoxha. En segundo lugar, la implementación de una política orientada al Tercer mundo y que contemplaba las alianzas con países que no eran socialistas, o por lo menos no en el sentido marxista de la palabra, como es el caso de la Indonesia de Sukarno o el Egipto de Nasser.
En 1955
los gobiernos de la URSS, la RDA, Hungría, Bulgaria, Rumanía, Polonia, Albania
y Checoslovaquia se agrupan en torno al Tratado de Amistad, Colaboración y
Asistencia Mutua, más conocido como Pacto de Varsovia, creado como una
respuesta a la OTAN, establecida en 1949. La ruptura con el modelo estalinista
tuvo un gran impacto en estos países satélite, donde cada vez se vivía un mayor
malestar producto de la intromisión soviética en los asuntos internos de los
mismos. En verano de 1956 tendrían lugar disturbios en Polonia que terminaron
con el ascenso al poder de Władysław Gomułka, un moderado que con el paso de
los años se haría haciendo cada vez más autoritario, especialmente polémico por
su campaña anti sionista de 1968, en el contexto de la Guerra de los seis días,
considerada por muchos como antisemitismo puro.
Más grave era la situación en Hungría donde en junio comenzaron a vivirse intensas manifestaciones estudiantiles, duramente reprimidas por la policía secreta, la Autoridad para la Protección del Estado (AVH). Las protestas acabaron por extenderse por todo el país hasta el punto de que el Secretario general del Partido de los Trabajadores Húngaros (MDP) Mátyás Rákosi hubo de dimitir y exiliarse en la URSS, siendo sucedido por Ërno Gerö.
Es
necesario explicar que en la Revolución Húngara de 1956 se enfrentaron dos
facciones dentro del MDP. La facción continuista y alineada con la URSS estaba
liderada por Ërno Gerö, mientras que la facción rebelde estaba capitaneada por Imre
Nagy, presidente del Consejo de Ministros de Hungría entre 1953 y 1955 y que
buscaba una liberalización similar a la vivida en la URSS con Kruschev. Nagy
acabó por volver a la presidencia de Hungría el 24 de octubre de 1956. El día
30 anunció que abandonaría el Pacto de Varsovia y que celebraría elecciones
multipartidistas en Hungría, algo que los soviéticos no estaban dispuestos a
aceptar. Aprovechando que Occidente estaba atravesando una fuerte crisis a raíz
de la Guerra del Sinaí, el ejército soviético movilizó a más de treinta mil
soldados y mil tanques contra el gobierno de Nagy, derrocado y ejecutado dos
años más tarde. Fallecieron dos mil quinientos húngaros y setecientos militares
soviéticos. El MDP se disolvió para dar paso al Partido Socialista Obrero
Húngaro (MSZMP).
Las crisis
políticas no eran algo exclusivo de los países satélite de la URSS, pues dentro
de este país se vivían fuertes tensiones entre Kruschev y otros altos cargos
del Estado, el partido y el ejército. En mayo de 1957 Malenkov, Mólotov, el
ministro de exteriores Dmitri Sherípov y el primer vice primer ministro Lázar
Kaganóvich, quien fue uno de los hombres de confianza de Stalin intentaron
destituir a Kruschev de su cargo como Secretario General del PCUS. La camarilla
sería apodada como Grupo anti-partido por parte del líder ucraniano. Fundamental
fue el apoyo del mariscal Zhúkov a Kruschev durante esta crisis hasta el punto
de que son muchos los que creen que de no haber sido por él, Nikita podría
haber sido destituido.
El fracaso
del Grupo anti-partido llevó a la destitución de sus integrantes, recolocados en
cargos de poca importancia: Mólotov fue hecho embajador en Mongolia, Malenkov
nombrado director de una central hidroeléctrica en Kazajistán, Kaganóvich se
convirtió en director de una fábrica de potasio en los Montes Urales y Shepílov
designado director del Instituto de Economía de la Academia de las Ciencias de
Kirguistán.
Respecto a
la política económica, con el fin de acabar con la agobiante burocracia
estatal, en 1957 Kruschev eliminó los ministerios industriales de Moscú,
reemplazándolos por consejos económicos regionales, denominados sovnarjozes. Igualmente,
se promovió el cultivo del maíz, una medida que fracasó. En 1959 Kruschev
anunció el objetivo de superar a los Estados Unidos en producción de leche,
carne y mantequilla. Los funcionarios locales hicieron unas promesas de
producción poco realistas que solamente se pudieron alcanzar obligando a los
ganaderos a sacrificar rebaños de cría y comprando carne en las tiendas estatales,
para luego revenderla al gobierno. Esto provocó que para comienzos de la década
de 1960 los precios de los alimentos hubieran aumentado en un 30%. Sin embargo,
no se vivieron hambrunas como las sufridas en las décadas de 1920 y 1930. En el
ámbito social, con el XXI Congreso del PCUS en 1959 comienza una nueva campaña-religiosa
en la que se cierran miles de iglesias y se prohíben los servicios religiosos
fuera de estas.
También fue Kruschev el que puso en marcha la Carrera Espacial. El 4 de octubre de 1957 se lanza el Sputnik 1, el primer satélite artificial. El 3 de noviembre de ese mismo año se lanza el Sputnik 2, con un ser vivo, una perra llamada Laika, en su interior. Los primeros seres vivos en volver vivos del espacio fueron las perras Belka y Strelka el 19 de agosto de 1960. Una de las crías de Strelka sería regalada a la familia de John Fitzerald Kennedy. Igualmente, el 13 de septiembre de 1959 la sonda Luna 2 se estrella contra la Luna, siendo el primer aparato creado por el hombre en alcanzar este satélite. No obstante, el logro más importante llegó el 12 de abril de 1961 cuando el cosmonauta Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en alcanzar el espacio.
Durante el gobierno de Kruschev las tensiones de la Guerra Fría se aliviaron considerablemente, pero no desaparecieron. Prueba de ello es el avión espía estadounidense Lockheed U-2 derribado sobre territorio soviético en 1960. Más grave fue lo ocurrido en Alemania, donde la creación de dos estados relativamente independientes no había terminado con las tensiones de la Guerra Fría. El principal punto de conflicto era Berlín Occidental, parte de la RFA capitalista, que el gobierno de la RDA socialista reclamaba para sí pese a lo acordado en la Conferencia de Potsdam de 1945. En la Cumbre de Viena del 4 de junio de 1961, Kruschev le propuso a Kennedy una incorporación de Berlín occidental a la RDA acompañada de la desmilitarización de la ciudad, una propuesta que no llegó a convencer a los estadounidenses. Los soviéticos, al ver las negociaciones fracasadas, lanzan un ultimátum que desemboca en una crisis militar que desembocó en la construcción de una muralla por parte de las autoridades de la RDA, un muro que rodearía Berlín occidental y que lejos de frenar las tensiones, las aumentó. Los tanques estadounidenses y soviéticos permanecieron enfrentados cara a cara en los puestos fronterizos hasta otoño, cuando el muro estaba ya prácticamente terminado. Sobre la crisis Kennedy diría: No es una solución perfecta, pero un muro es preferible a una guerra.
En 1959 en
Cuba, hasta aquel entonces un fuerte aliado, por no decir colonia, de los
Estados Unidos, triunfa una revolución al mando de Fidel Castro, revolución que
en un principio no era comunista, sino simplemente anti imperialista. La
oposición a Estados Unidos, que en abril de 1961 intentó recuperar la isla con
un desastroso desembarco en Bahía de Cochinos, motivó a la URSS a acercarse al
gobierno cubano. A diferencia de lo ocurrido en Egipto e Indonesia, en Cuba los
soviéticos lograron convencer a Castro para que se convirtiera al marxismo.
La presencia de misiles nucleares estadounidenses PGM-19 Júpiter en Turquía llevó a Kruschev a tomar la decisión de colocar misiles atómicos R-12 Dvina y R-14 Chusovaya en Cuba, así como bombarderos Ilyushin Il-28 con capacidad nuclear. El 15 de octubre de 1962 Kennedy es avisado de esto por la CIA, cuyos aviones espía U-2 habían fotografiado las instalaciones de misiles. El día 22 Estados Unidos pone en marcha un bloqueo naval para evitar que más misiles atómicos lleguen a Cuba. El día 27 un U-2 es derribado, falleciendo el piloto, a diferencia de lo ocurrido en 1960 en la URSS. Ese mismo día el submarino soviético B-59 es interceptado por el portaviones americano USS Randolph, que lanzó cargas de profundidad contra el sumergible soviético, cuyos tripulantes creían que la guerra había empezado. De no ser por la intervención del oficial Vasily Arkhipov, quien convenció al capitán de no lanzar torpedos nucleares, una guerra atómica podría haber estallado.
Después de
varios días de tensas negociaciones, se llegó a un acuerdo entre Kennedy y
Kruschev. Los soviéticos desmantelarían las instalaciones nucleares a cambio de
que Estados Unidos se comprometiese a no volver a intentar invadir Cuba. En
secreto, Estados Unidos acordó que retiraría los misiles atómicos de Turquía.
El desastre de Cuba y la defensa de una coexistencia pacífica con el Bloque capitalista hizo de Kruschev alguien impopular dentro del partido. Era solamente cuestión de tiempo que fuese derrocado.
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