Si bien la disolución oficial de la Unión Soviética tuvo lugar el día de Navidad de 1991, la verdad es que ya desde mediados de verano de ese año, tras el fallido intento de golpe de Estado del 19 de agosto, la URSS había dejado de existir de facto, con el gobierno central despojado de casi todos sus poderes de facto, habiendo pasado estos a manos de los gobiernos de las distintas repúblicas, las cuales fueron independizándose una a una hasta el punto de que para el 1 de diciembre solamente Rusia, Bielorrusia y Kazajistán permanecían dentro de la Unión. Bielorrusia se independizará el día 10, Rusia el 12 y Kazajistán el 16. A través de los Acuerdos de Belavezha del 8 de diciembre los líderes de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, independizada el 24 de agosto, declaran el final de la Unión Soviética, pese a que en un referéndum celebrado en marzo de 1991 el 78% de los soviéticos habían mostrado su deseo de que la URSS siguiese existiendo. Dos semanas después, en la tarde del día 25, Gorbacho...