El 11 de noviembre de 1979 el vuelo JK-297 de Trabajos Aéreos y Enlaces, una aerolínea española que existió entre 1967 y 1981, protagoniza uno de los sucesos OVNI más famosos de la historia española, el llamado Caso Manises. La historia del JK-297, un bimotor a reacción Sud Aviation Super Caravelle, comienza en Salzburgo, Austria, desde donde parte a Mallorca, una escala en el camino hacia su destino final, el aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife. El vuelo llevaba unos ciento diecinueve pasajeros, a los que hay que sumar cuatro miembros de la tripulación: el comandante Francisco Javier Lerdo de Tejada, un copiloto y dos auxiliares. El vuelo despega de Mallorca a las 22:40 sin problema alguno. Nadie a bordo espera lo que va a ocurrir.
Poco menos
de veinte minutos después del despegue en el canal destinado a señales SOS, en
la frecuencia 121.5 Mhz, se comienzan a recibir unos extraños pitidos que no se
corresponden con el código morse. La torre de control notifica al comandante Tejada
que la extraña señal, que también ha sido detectada en Madrid, procede de un
punto de la costa valenciana que el Caravelle va a atravesar en su trayectoria
de vuelo rumbo a Canarias. Alrededor de las 23:00, unos pocos minutos después
de la recepción de las extrañas señales de radio, unas extrañas luces de color
verde, rojo y blanco aparecen en el cielo, luces que se aproximan al avión.
La
tripulación se pone en contacto una vez más con la torre de control. El aparato
que se aproxima al vuelo 297 no ha sido notificado: Se trata de un objeto
volador no identificado en toda regla. El objeto sigue acercándose al avión y
el piloto, temiendo una colisión, se dispone a realizar un aterrizaje de emergencia
en la población valenciana de Manises. Además, pide a Control de Tráfico Aéreo
que se pongan en contacto con el Ejército del Aire. El controlador aéreo de Manises
logra, con unos prismáticos, divisar las luces mientras esperaba el aterrizaje
del vuelo 297.
A las 00:42
en la base aérea de Los Llanos, en Albacete, un caza Mirage F1 pilotado por el capitán Fernando
Cámara despega rumbo a la costa valenciana. De igual manera que había ocurrido
con el Caravelle, el F1 comienza a recibir unas extrañas señales de radio poco tiempo
antes de divisar las extrañas luces, esta vez únicamente de color rojo. El caza
hubo de acelerar hasta una velocidad supersónica de Mach 1,4 (1225 km/h) para
no perder al objeto. Además, el radar del Mirage detectó un segundo objeto que
no llegó a ser percibido de forma visual. Tras más de una hora de persecución,
y ante la falta de combustible, el Mirage hubo de regresar a la base. Tanto el
Caravelle como el F1 pudieron aterrizar sin problemas.
El asunto
del OVNI de Manises fue muy mediático en su momento e incluso llegó al Congreso
de los Diputados de la mano del socialista Enrique Múgica. A día de hoy, el
incidente sigue sin respuesta y si bien un informe del Ejército del Aire de
1994 proponía que todo se debió a ilusiones ópticas, son muchos lo que creen,
dejando teorías ufólogas aparte, que el objeto que se aproximó al Caravelle y
que huyó del Mirage era en realidad un avión experimental estadounidense.
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