Tras la expulsión de las fuerzas de Mussolini no sólo de Etiopía, sino de toda el África Oriental Italiana, en 1941 en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el emperador (ras) Haile Selassie vuelve al trono imperial. En diciembre de 1950 la ONU otorga a Etiopía el control de Eritrea, territorio de importante valor estratégico pues daba salida al mar al imperio y al que se le dio una constitución propia con el objetivo de evitar el surgimiento de movimientos independentistas. La cesión de la excolonia italiana por parte de la ONU se explica en parte por el apoyo del ras a la intervención de esta nusma organización en la Guerra de Corea, la primera, más grande y sangrienta de las intervenciones de las Naciones Unidas, que entonces tenía un carácter muy distinto al actual, sobre todo en el plano militar. Haile Selassie llegaría incluso a enviar tropas al país asiático. Los problemas no tardaron en aparecer. A finales de la década de 1950 nace el Frente para la Liberación de Eritrea (FLE), una organización nacionalista que en 1961, bajo el mando de Hamid Idris Awate, comenzará a combatir a las fuerzas del gobierno de Etiopía, que responde con la retirada de los derechos especiales de Eritrea.
La
situación de malestar no se reducía a Eritrea. Si bien Haile Selassie era un
líder relativamente popular, debido a sus campañas de modernización de
infraestructuras e industrialización, la calidad de vida en el imperio era baja
y el desarrollo económico insuficiente. Etiopía poseía una economía feudal en
la que los nobles, por lo general opuestos a las reformas, gozaban de grandes
privilegios. El clima de malestar se hizo patente en el año 1960 cuando un
grupo de políticos y militares al mando de Germame Neway intentó derrocar a
Haile Selassie e instituir un gobierno progresista bajo su hijo, el príncipe
heredero Asfaw Wossen. El intento del golpe fue aplastado y Neway ejecutado.
Volviendo a la guerra de Eritrea, en 1970 surge un nuevo grupo separatista, el Frente Popular de Liberación de Eritrea (FPLE), que a diferencia del FLE defendía un modelo marxista y maoísta. Ambas facciones acabaron enfrentándose la una a la otra en una serie de combates entre febrero de 1972 y octubre de 1974. El FLE también acabó decantándose por el comunismo, si bien a diferencia del FPLE el FLE no era maoísta. Muchos de estos cambios radicales de ideología se ven explicados en el contexto de la Guerra Fría, con los separatistas eritreos adoptando el comunismo en un intento de ganarse el apoyo soviético, ya que el gobierno de Haile Selassie recibía apoyo estadounidense e israelí.
Este también fue el caso del Derg, la junta militar republicana que llegó al poder en 1974 tras un golpe de Estado. El Derg, al frente del cual estaban los generales Tafari Benti y Mengistu Haile Mariam y que en un principio no tenía una ideología concreta más allá del progresismo, acabó adoptando el marxismo con la intención de ganarse la ayuda del bloque soviético. Haile Selassie será encarcelado y morirá en extrañas circunstancias el 27 de agosto de 1975, lo más seguro asesinado por la junta.
La llegada
al poder del Derg llevó al inicio de una cruenta guerra civil dentro de
Etiopía, una guerra que se superpuso con el enfrentamiento por la independencia
de Eritrea. El gobierno de Tafari Benti hubo de enfrentarse no sólo a los
monárquicos de la denominada Unión Democrática de Etiopía, sino también a
grupos marxistas rivales como el Partido Revolucionario del Pueblo Etíope
(EPRP) y a facciones étnicas que buscaban la secesión o la implementación de un sistema federal.
El nuevo
gobierno etíope pone en marcha una política de reforma agraria, acompañada de
la creación de kebeles, unas asociaciones de campesinos que acabarán
constituyéndose como la base del régimen. En 1977 suele situarse el comienzo de
llamado Terror Rojo de Mengistu, una campaña de represión en el contexto de la
guerra civil en la que fallecerán entre treinta y setecientos cincuenta mil
personas. En abril de ese año, en un acto simbólico en la plaza Meskel de Adís
Abeba, Mengistu arrojó tres botellas llenas de sangre, o de un líquido
parecido, al grito de ¡Muerte al EPRP! dando así comienzo oficial a las
masacres.
Al igual
que en muchas otras guerras africanas, el gobierno etíope controlaría la
capital y otros núcleos urbanos, así como algunas zonas rurales mientras
que los grupos opositores operarían sobre todo en el campo. Además, como bien se dijo antes, muchos de
los contendientes que apoyaron al EPRP eran facciones étnicas, como el Frente
de Liberación Popular de Tigray (TPLF), un grupo comunista y hoxhista que
buscaba la secesión de la región homónima. También destacan el Frente de
Liberación Oromo o el Frente de Liberación Afar. Es más, la casi total
destrucción del EPRP hizo que las facciones étnicas se convirtiesen en el
principal enemigo del régimen de Mengistu.
En el
contexto de la Guerra Fría, estos grupos comenzaron a recibir apoyo
estadounidense, así como egipcio, sudanés y sobre todo somalí, país enfrentado
con Etiopía por el control de Ogaden, una región de mayoría étnica somalí
dentro del territorio etíope. La junta militar comunista que llevaba gobernando
en Somalia desde 1969, al frente de la cual se encontraba Siad Barre, tenía
interés en hacerse con el control de la región. Pese a que los dos países eran,
en teoría, marxistas, las diferencias étnicas y la ruptura chino-soviética, con
China apoyando a Barre, llevaron a la guerra.
El inicio
de la Guerra de Ogaden tiene lugar el 12 de julio de 1977 cuando el ejército
somalí penetra en la región etíope con la ayuda de los milicianos del Frente de
Liberación de Somalia Occidental. Fidel Castro, animado por las victorias frente a los sudafricanos en Angola entre 1975 y 1976, envió a entre doce y
veinticuatro mil soldados a la contienda, ayudados por más de mil quinientos
asesores soviéticos. En septiembre, en Jijiga, los somalís sufren una dura
derrota que marca el punto de inflexión en la campaña. Etiopía comienza a recuperar terreno, lo que quedó confirmado con la
Batalla de Harar al mes siguiente. Una ofensiva cubana a comienzos de 1978
acaba por expulsar a las fuerzas de Barre de Etiopía. Somalia cortará relaciones
con todos los países del Bloque comunista a excepción de con China y Rumania.
La Guerra
civil etíope vino acompañada de una devastadora hambruna que entre 1983 y 1985 provocó la muerte de más de un millón de personas. Famoso es el festival benéfico de
música Live Aid, organizado por Bob Geldof y Midge Ure y en el que participaron
grupos de la talla de Queen. Sin embargo, se cree que una gran parte de los
fondos recaudados en vez de ser utilizados para paliar la hambruna, sirvieron
tanto a Mengistu como al TPLF para comprar armas y prolongar la guerra.
En 1987 el
período de dictadura militar del Derg finaliza para dar paso a la República
Democrática Popular de Etiopía, un Estado unipartidista marxista-leninista
formal, con Mengistu como jefe de gobierno y secretario general del Partido de
los Trabajadores de Etiopía, establecido en 1984. En 1988 el Frente de
Liberación Popular de Tigray, el Partido Democrático Oromo, el Partido
Democrático Amhara y el Movimiento Demócrata Popular del Sur de Etiopía se unen
en una coalición, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope
(FDRPE), donde el hoxhismo era la principal ideología. Respecto a la situación
en Eritrea, entre 1980 y 1981 el FLE y FPLE se enfrentaron en una nueva guerra
civil, que concluyó con la victoria del segundo y la casi total desaparición
del primero.
Para
finales de la década de 1980 el régimen de Mengistu se encontraba al borde del
colapso. El FDRPE había demostrado ser una fuerza lo suficientemente fuerte
como para hacer frente a un gobierno que, ante la cada vez menor ayuda
soviética, no pudo hacer frente a una ofensiva final por parte de esta milicia que
concluye en mayo de 1991 con la toma de Adís Abeba. Mengistu hubo de exiliarse
en el Zimbabue de Robert Mugabe y la República Democrática Popular de Etiopía
fue disuelta para dar paso a un gobierno de transición, que en 1993 otorgaría
la independencia a Eritrea.
La primera
elección multipartidista tuvo lugar en mayo de 1995 y fue ganada por el FDRPE.
El presidente del gobierno de transición, el líder del FDRPE Meles Zenawi, se
convirtió en el Primer ministro de la República Democrática Federal de Etiopía.
En la nueva constitución se reconocía la existencia de ochenta grupos étnicos
dentro del país y se admitía el derecho a la secesión. La realidad es bien
distinta, lo que ha quedado patente con la guerra iniciada en 2020 entre el
gobierno etíope de Abiy Ahmed y los separatistas del Frente de Liberación
Popular de Tigray.
Mientras
que Etiopía adoptó un sistema pluripartidista, en Eritrea el único partido
legal es el Frente Popular de Liberación de Eritrea de Isaias Afwerki, en el
poder desde 1993. En 1987 el partido abandonaría el marxismo para adoptar una
ideología simplemente nacionalista y socialista. Somalia por su parte, tras la caída de Siad Barre en 1991, se vio inversa en una cruenta guerra civil que continúa hasta día de hoy, con la práctica total desaparición del Estado y con el poder político recayendo en las manos de señores de la guerra, milicias étnicas y grupos islámicos.
Entre 1998 y el año 2000 Etiopía y Eritrea se enfrentarían en una nueva guerra a raíz de disputas fronterizas. Sin embargo, a día de hoy Eritrea colabora con el gobierno etíope en la nueva guerra que enfrenta a las fuerzas armadas de Etiopía con el Frente de Liberación Popular de Tigray, apoyado por el Frente de Liberación Oromo.
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